Desde que nacimos, hemos tratado de poner en valor lo que creemos que es una parte fundamental en la fabricación de nuestras gafas: el trabajo artesano. Nuestros diseños piden una atención especial, porque así lo queremos, en la artesanía.
Un pulido excepcional
Para darle ese toque especial a nuestras monturas, las metemos en barriles de madera llenos de virutas de piedra pómez, haya y pasta de pulir. Mientras las monturas comunes pasan 8-10 horas en el barril, las nuestras disfrutan de un spa de 72 horas.
Sí, pulirlas por más tiempo significa que producimos menos, pero te aseguro que cada montura sale con un brillo espectacular. Y para rematar, las pulimos a mano una a una. ¡Un lujo!
Con el tiempo, es normal que tus gafas pierdan algo de su brillo inicial o se arañen un poco. No te preocupes, ofrecemos un servicio de pulido para que vuelvan a lucir como nuevas.
Bisagras que duran
Nuestros componentes metálicos, como las bisagras, los tornillos y el alma de la varilla, son fabricados por una empresa italiana con más de 70 años de experiencia en la creación de piezas de metal para gafas.
Mientras que las bisagras estándar tienen solo 2 orificios, las nuestras vienen con 5 para asegurar una fijación súper duradera. Además, usamos tornillos anticaída recubiertos de teflón para que no se te pierdan nunca.
Remaches tradicionales
Nuestros remaches son auténticos, nada de decorativos. Se encastran a mano y atraviesan tanto el frente de la montura como el alma en las varillas, asegurando una estructura sólida y resistente.
La mayoría de las monturas hoy en día usan remaches de calor, metiendo la bisagra a la fuerza. Nosotros, cuando el diseño lo permite, preferimos la técnica clásica de perforación con perno, que implica hacer dos pequeños agujeros en el frontal y las varillas. Sí, lleva más tiempo y habilidad, pero esto significa que si se daña la bisagra, podemos reemplazarla fácilmente. ¡No más gafas desechables!