Antes de nada, para quien no lo sepa, las lentes progresivas llevan diferentes graduaciones para ver bien de cerca, de lejos y entre medias.
Te lo contamos
1 – No son para todos los públicos
Si eres menor de 40 años estas gafas probablemente no sean para ti. Corrigen la vista cansada (o presbicia), que suele surgir a partir de esta edad.
2 – Adaptarse a las gafas progresivas no es tarea fácil
Al principio quizá notes que te mareas. Para mirar de cerca o de lejos tendremos que coordinar los movimientos del ojo con los de la cabeza al usar un campo u otro de la lente. Este aprendizaje puede llevarte varias semanas.
3 – Tienen campos de visión amplios o estrechos
Si tu necesidad de visión es mínimamente exigente, ¡los estrechos no merecen la pena!. Si todas las ópticas ofrecieran una única gama, con el bajo coste de la la tecnología actual, sólo se ofrecerían campos amplios. ¡Es más fácil adaptarse!
4 – Normalmente son caras, por desgracia…
Seas o no usuario de progresivas, deberías saber que pagar 500€ por unas progresivas de calidad es una burrada. Y el que sean progresivas no lo justifica. ¡Basta de márgenes abusivos!
5 – Si das con una calidad suficiente y te adaptas, tu vida mejorará
Podemos afirmar que la lente oftálmica progresiva de gama alta genera un mayor impacto positivo en la salud visual de los usuarios de lentes progresivas.
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